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𝐕𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐚𝐧.

  • Foto del escritor: Acentos Territoriales
    Acentos Territoriales
  • 5 abr 2021
  • 3 Min. de lectura

Colección Futuro en tránsito: Territorio.


Hace no mucho, nos encontramos con una colección que sacó la Comisión de la verdad llamada “Futuros en tránsito”. Es una colección de trece libros de ensayos donde se hacen una serie de reflexiones alrededor de palabras como el perdón, la incertidumbre y el que titula esta entrada: territorio. Palabras que se relacionan al contexto del conflicto armado colombiano. La colección fue coordinada por Alonso Sánchez Baute y cuenta con textos de Sandra Borda, Juan Cárdenas, Pedro Adrián Zuluaga, entre otros.


El primer texto que abre el libro es el de Francia Márquez, reconocida lideresa afrocolombiana, y lo hace hablando del territorio en lo colectivo, desde la filosofía Ubuntu: “Soy porque somos”. Para las comunidades negras de Colombia, como lo cuenta Francia, el territorio no solo se refiere a un pedazo de tierra propia ni a un objeto de trueque ni uno del cual se le saca provecho para enriquecerse inconcientemente. Por el contrario, es un lugar, “es una posibilidad real de parir la libertar, la autonomía, la autodeterminación en nuestro espacio para el ser.” Estas tierras, de mujeres y hombres sometidos a vejámenes como la esclavitud, encontraron en el Río Cauca y el Ovejas, por dar un ejemplo, el lugar para tejer y hacerse un espacio de vida. El territorio, como bien lo enuncia ella, no funciona como una propiedad privada o fuente de riqueza como tan descaradamente nos quieren hacer ver. No somos dueños de la naturaleza: hacemos parte de ella. “El territorio es dignidad y eso no tiene precio”.

Créditos de fotografía: Página oficial de la Comisión de la Verdad.


Sin embargo, uno de los que más impacto nos generó fue el de Álvaro Restrepo. En este, el autor hablaba del territorio como cuerpo, donde habita no solo el dolor sino también la verdad. El cuerpo significa un espacio geográfico: es en sí mismo un lugar y ocupa un espacio. “Este cuerpo que habitamos, que es nuestra casa, el lugar donde acontece nuestra vida y nuestra única pertenencia real - ya que no tenemos cuerpo, sino que somos un cuerpo- es también una metáfora del territorio, el territorio físico (geográfico), el territorio mental (cultural y político) y el territorio espiritual (metafísico.)”


Es así que el cuerpo se considera como un territorio y un mapa. Uno donde está trazada una ruta para llegar a la verdad de lo que somos, un camino para construir nuestra identidad y ese cuerpo social que nos ayuda a construir el otro. Por esto, aquella frase célebre de que el cuerpo no sabe mentir y que el autor tan bien nos explica: todo está escrito allí, en la carne, en los huesos y en la sangre con un carácter inquebrantable que, sin embargo, va mutando. Un cuerpo que sufre, que se habita y pone de manifiesto su propia complejidad y esa condición finita donde el cuerpo no se acaba, pero sí se transforma. Un cuerpo- territorio del privilegio: una suerte de modo de apertura a un mundo donde las percepciones no se agotan.

Créditos de fotografía: Página oficial de la Comisión de la Verdad.

Somos múltiples territorios que (des)habitamos. Es el cuerpo- mapa quien nos guía en el laberinto de este país que también nos recorre. El cuerpo es un territorio de disputas, de contradicciones y de expresión de nuestras más íntimas ideas. Por eso, siempre será de importancia resaltar las múltiples dimensiones y sentidos que tiene el territorio, sobre todo para preguntarnos qué territorio es nuestro cuerpo y cómo lo habitamos y cómo este habita otros espacios.


Adjuntamos aquí el link donde pueden encontrar la colección digital: https://comisiondelaverdad.co/futuro-en-transito

 
 
 

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