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  • Foto del escritorAcentos Territoriales

𝐓𝐚𝐧 𝐥𝐞𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐲 𝐭𝐚𝐧 𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨𝐬.

Por: Vaneza Chávez.

Foto de portada: DenisTangneyJr

Hay un dicho que se dice frecuentemente para referirse a esta ciudad, cuando la cosa esta “jodida”. “Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos” ¿No sabes dónde estoy? Si te digo la ciudad más violenta del mundo tal vez te de una pista, ¿no? Entonces, “las muertas de Juárez” ¿Te suena?, Seguro has oído hablar de ello. ¡Exacto! vivo en el norte de México, en la frontera con Estados Unidos, específicamente en Ciudad Juárez, una ciudad enclavada en el desierto chihuahuense, que, por cierto, como ecosistema no sabe de fronteras. ¿Sabías que ese desierto está ubicado en los dos países? Pero que vas a saber si tú lo que quieres que te diga es si es verdad que aquí matan en cada esquina. ¡Nombre! Para mí que has visto muchas películas “gringas” y tu realidad esta sesgada.


Te voy contar un poco de mi realidad. Yo como muchas personas que vivimos en la frontera tenemos la ciudadanía norteamericana, pero no te imagines que soy rubia (bueno sí, pero me teñí el cabello) o tengo los ojos verdes. La verdad es que soy mexicana, de tez morena, ojos marrones, cabello oscuro, pero nacida en Estados Unidos, ¿Por qué? Por la facilidad que existe, y te cuento, antes lo era más. Posterior al atentado de las Torres Gemelas la situación se complicó y las fronteras se cerraron, no se sellaron como decía el discurso de Trump, pero si fueron menos permeables.


¿Por qué no vivo en Estados Unidos? Porque me gusta México, Qué raro, ¿no? Se supone que la vida en EUA es mejor, seguro sabes del sueño americano, pues no sabes del todo. Aquí de este lado (mi lado) tengo una carrera, un posgrado, casa y carro propios, allá (del otro lado) no tendría nada. Sí, se gana en dólares, pero la vida es más cara, también las cuentas llegan en dólares. Es imposible pagar una carrera universitaria o la hipoteca de una casa. Te lo cuento porque tuve mi propia experiencia, trabajé dos veces allá. Primero estaba en la universidad y trabajaba los fines de semana, esa historia fue buena. Pero luego en 2008 hubo un auge de violencia extrema en Juárez. Yo no te dije que no hubiera violencia. Sí hay y mucha, pero no es culpa de la ciudad, mucho tiene que ver con la ubicación geográfica, paso de droga y las tantas cosas que de ello deriva. Por un lado, genera pugna por la plaza y por ende muertos por doquier.

Entonces, se puso muy feo, muy “cabrón” diríamos nosotros. No se podía salir a las calles, por eso con el Covid ya teníamos experiencia. Pues bueno, obvio no había trabajo, si ni las tiendas abrían por el miedo a ser asaltados. Me fui a El Paso Texas, es la vecina ciudad con “Juaritos” (así le decimos de cariño a nuestro terruño). Y trabajé en una tienda de motos, ¿A que suena divertido? Pues no fue tanto, me pagaban el mínimo, 7.25 dólares la hora, aunque ya tenía maestría, pero la había estudiado en México, y pues no contaba. Pero lo peor que me pasó, fue la discriminación que sufrí, más que eso fue odio racial, es la experiencia más terrible que he tenido en mi vida, no se lo deseo a nadie, de verdad creí que esa persona un día simplemente iba a llegar con una pistola y me iba a disparar ¿Será que yo también tengo la realidad sesgada? No sé, pero en cuanto pude me regresé a Juárez a trabajar para lo que estudié, como arquitecta.


Pero tampoco creas que todo es tan feo por acá, empecé por eso porque es una parte, pero no es todo. Entre Juárez y el Paso existe una hermandad que no se puede romper con nada, se conocen como las ciudades gemelas. Si las ves de noche las luces se funden unas con otras, no sabes donde empieza una ciudad ni donde termina la otra, se borra la frontera. Y está el intercambio comercial, diariamente van y vienen mercancías. Por eso en Ciudad Juárez existe la industria maquiladora, aquí se ensamblan millones de partes de productos que terminan en Estados Unidos. Pero también mucha gente va y viene, algunos de compras, otros de visita a sus familiares, a trabajar, y está el turismo médico. Como te dije en Estados Unidos todo es muy costoso y el salario mínimo no le alcanza a un empleado promedio. Pues al vivir en la frontera aprovechan los beneficios de atenderse con buenos médicos a un costo más bajo y hasta la aseguranza les cubre. Así que puedes ver decenas de negocios del giro médico cerca de los puentes internacionales para más fácil acceso.


Ahora te voy a pedir que cierres los ojos y te imagines mi ciudad, seguro pensaste en callejones oscuros, sin pavimentar y casas de madera, y prostitutas por doquier ¡pues no! Como en muchas ciudades existen cinturones de pobreza. De acuerdo con Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social para 2015) solo el 1.1 % de la población de esta ciudad se encontraba en pobreza extrema[1]. Aunque hay que tratar este dato con cuidado porque el mismo informe sobre bienestar habla de un 52% con un ingreso inferior a la línea de bienestar. En conclusión, hay pobreza, sí, pero te advertí que no te la imagines como te la muestran en las series o películas norteamericanas. Con la siguiente imagen te vas a terminar de convencer.

Ilustración 1: Buenas noches El Paso y Ciudad Juárez Autor: John L. Carkeet I

Tomada de https://www.flickr.com/photos/iv4quad/51378752071


Que te vendan la idea de una ciudad decadente tiene que ver en parte en cómo se plantea el fenómeno migrante, muchos cruzan por el desierto, es un hecho. Te lo voy a mostrar, imagínate caminar por ahí, a 50 grados en verano, desorientado, sediento, muchas personas lamentablemente fallecen, pero otra vez, ¿Tu crees que es culpa de la ciudad fronteriza? Te reto a pensar y analizar un poco más el fenómeno porque es bastante complejo y no pretendo resolverlo en un blog, si quieres me escribes y te cuento la historia completa porque eso toma más de una hora de charla, si bien nos va. De todos modos, no todos los migrantes cruzan por el desierto, ni de manera ilegal. Muchas personas establecen negocios en Estados Unidos y abonan con su capital al crecimiento de las dos ciudades. Pero te prometí el desierto y aquí está.

Ilustración 2: Zona de Samalayuca en Municipio de Juárez

Fuente: tomada por Vaneza Chávez en febrero de 2022


Quiero decirte que la única forma en que puedas entender un poco más esta forma de vivir el territorio es así, viviéndolo, puedo contarte muchas cosas, puedes leer muchos textos y sí, tendrás una idea, pero nunca se va a comparar a que experimentes el estar en un lugar, conocer su gente, caminar sus calles: ver la frontera en primer plano. Para que puedas entender por qué estamos “tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos” te invito a que tomes un avión y aterrices de cualquier lado del rio[2] que elijas, seguro vas a tener historias que contar después de tu travesía.

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[1] Datos de planjuarez.org [2] Desde 1848 el cauce del Rio Bravo se estableció como límite fronterizo entre Estados Unidos y México


Sobre la autora:

Doctora en Estudios Urbanos, maestra en Planificación y Desarrollo Urbano, licenciatura en Arquitectura, todos por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Labora en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Temas de investigación que aborda: identidad y memoria en el centro histórico de Ciudad Juárez a partir del espacio de lo público, espacio público en la ciudad fronteriza, apropiaciones del espacio urbano, deportes urbanos, género y espacio. Participa y coordina proyectos en colaboración con la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad de Ibagué en Colombia. Desde hace 3 años es invitada a impartir una materia de la escuela de verano en la Universidad de Ibagué en la facultad de Ciencias Políticas bajo la temática de frontera México-EUA.

Correo electrónico: lizette.chavez@uacj.mx















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